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jueves, 10 de agosto de 2017

LA HUELGA GENERAL REVOLUCIONARIA DE 1917 (I)

Dirección de la SMMP en Pueblonuevo del Terrible
Se cumplen estos días los cien años de la Huelga General Revolucionaria de 1917, con una gran repercusión en nuestra comarca. Como lo sucedido en aquellos días de agosto es demasiado intenso y extenso, lo dividiremos en dos capítulos.

LA HUELGA GENERAL REVOLUCIONARIA DE 1917
 
Sin duda, la huelga ferroviaria más importante de cuantas ocurrieron en España en las primeras décadas del siglo XX fue la de agosto de 1917, convocada por C.N.T. y U.G.T. haciéndose eco del descontento popular. El manifiesto del 12 de agosto del Comité de Huelga de la U.G.T. y del Partido Socialista plasmaba lo que desde hacía muchos años venía sucediendo, denunciando, entre otros asuntos, el hecho de que el Gobierno de la Nación estuviera formado por consejeros de las compañías ferroviarias, a las que prestaban todo su apoyo.
Casualmente, el origen de esta huelga coincidió en el tiempo con otra de los ferroviarios de la S.M.M.P., convocada para el día 11 de agosto por motivos que nada tenían que ver con la que pretendían los ferroviarios que la iniciaron en el resto de España. El 3 de agosto, con los ocho días de antelación preceptuados por la ley, se convocó huelga con el fin de paralizar las poblaciones de Peñarroya, Pueblonuevo, Belmez y Espiel, por lo que se iniciaron negociaciones entre los representantes de la empresa, de los obreros y el Gobernador Civil con el fin de que no se llevara a efecto.
El motivo de la huelga estaba en las subidas de salarios que la compañía había concedido a los mineros en el mes de julio, pero que no se les habían aplicado a los ferroviarios de las líneas de Peñarroya a Fuente del Arco y de Peñarroya a Conquista, aunque sí a los del ferrocarril minero, La Maquinilla. Bajo la amenaza del paro en los suministros de mineral de plomo a la fundición, y de que los mineros de la comarca apoyaran a los ferroviarios en sus movilizaciones, las negociaciones llegaron a buen fin y el nueve de agosto se firmó el acuerdo entre la compañía y los trabajadores, que consiguieron que se les aplicara la subida salarial pactada en julio para los mineros. Es destacable que este acuerdo y el anterior del mes de julio fueron los primeros que firmó el “Sindicato Minero Metalúrgico de Peñarroya”, después de iniciar la unidad de acción entre las diferentes secciones de U.G.T. de los pueblos de la comarca.
La subida de sueldos pactada para los ferroviarios se haría en función del servicio que prestaran, distinguiéndose entre el personal de trenes, de vías y obras, y guardas de noche. Además, el acuerdo trataba asuntos tan dispares como el aumento de salario para los demás empleados del ferrocarril y otros que habían quedado pendientes en el acuerdo del mes de julio: salario de los mineros de interior y exterior, el salario de los niños de 14 a 16 años (1,50 pesetas diarias) y de 16 a 18 (dos pesetas), el trabajo de las mujeres en las tareas del cribado de carbón y hasta el precio de la madera que la compañía vendía a sus empleados.
La huelga quedó desconvocada ese mismo día, pero al día siguiente se le comunicó de nuevo al Gobernador Civil que los ferroviarios de las líneas de Peñarroya a Fuente del Arco y de Peñarroya a Conquista, así como los mineros de Peñarroya, Pueblonuevo, Belmez y Espiel irían a la huelga a partir del día once en solidaridad con los empleados de la Compañía de los Ferrocarriles del Norte.
 
Y es que en la madrugada del nueve de agosto se habían radicalizado las diferencias entre los sindicatos y la citada compañía en unos incidentes a priori sin importancia que se habían iniciado unos días antes en Valencia. El despido de 31 ferroviarios agravó la situación de forma insospechada, extendiéndose la huelga por toda España tras la detención de numerosos trabajadores por las fuerzas del orden, convirtiéndose en Huelga General Revolucionaria a pesar de los torpes intentos del Gobierno por evitarla.
Dirección de MZA en Belmez
Así pues, convocada en solidaridad con los ferroviarios del resto de España, en esta comarca la huelga supuso la paralización de toda actividad, no sólo en los ferrocarriles, sino también en minas e industrias, trabajando sólo unos retenes para que no se apagaran los hornos de la fundición y las fábricas de electricidad. La S.M.M.P. negoció también que funcionara por sus líneas un tren diario en cada sentido con el fin de conducir el correo, aunque no se logró acuerdo al respecto, por lo que la huelga se inició sin circulación de trenes por la vía estrecha.
En cuanto a los ferroviarios de M.Z.A. (línea Belmez-Almorchón) y de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces (línea Belmez-Córdoba), se reunieron el día 11 en Córdoba para tratar el apoyo que habría de dársele a los trabajadores detenidos de la Compañía del Norte, acordando secundar la huelga cumpliendo estrictamente los requisitos legales para su convocatoria, con lo que debería iniciarse ocho días después. Esto no evitó que en la capital de la provincia se declararan en huelga desde ese día los albañiles, carpinteros, metalúrgicos y otros obreros, disponiendo el Gobernador Civil que se vigilaran determinadas industrias y que el Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil se desplazara a Pueblonuevo con fuerzas a sus órdenes, donde establecería su cuartel general, para desde allí enviar refuerzos, en caso necesario, a Peñarroya, Belmez y Espiel, “con el objeto de mantener el orden y garantizar el trabajo”.
La situación se agravó el día 13, cuando el Consejo de Ministros declaró el estado de guerra en toda España, decretando la ley marcial. Esto suponía un recorte tal de libertades y movimientos que no se permitía que más de tres personas caminaran juntas por la calle y que un simple ataque con lesiones a un guardia o centinela podría aparejar la pena de muerte para el agresor.
Se instauró también la censura de prensa y gran parte de los empleados de los periódicos se pusieron en huelga, por lo que resulta difícil seguir los acontecimientos ya que las noticias son contradictorias, y un buen ejemplo es que el 15 de agosto se decía en El Defensor de Córdoba:
Los alarmistas, aquellos que en estas revueltas les convienen los infundios para sus fines particulares, corrieron ayer la especie de sucesos ocurridos en Pueblo Nuevo.
Son una pura invención, ni ayer, ni hasta ahora ha ocurrido nada. El Gobernador, que está al habla permanente con dicho pueblo, así nos ruega lo hagamos saber. Es más, hoy ya ha circulado un tren por la línea de Fuente del Arco a Conquista y la normalidad es completa. El servicio de correos por esa línea se ha reanudado hoy.
Y sin embargo, sólo unas líneas antes el mismo diario daba la noticia de que en Pueblonuevo habían sido detenidos los directores del movimiento obrero. Es más, el día 13 el Gobernador dispuso que se desplazara una compañía del Regimiento de la Reina a Belmez, Pueblonuevo y Espiel con el fin de aplacar los ánimos y forzar a los ferroviarios a que volvieran al trabajo, lo que no evitó que se siguieran produciendo altercados y sabotajes, impidiendo el normal funcionamiento del ferrocarril minero entre Belmez y Peñarroya, parando también las conexiones entre las minas y las industrias del Cerco.

(continuará)

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