jueves, 10 de septiembre de 2015

Los Pedroches ya tiene su Vía Verde



Entre las  tareas  que nos propusimos quienes fundamos el movimiento ciudadano por Vía Verde en el Guadiato una de las principales fue contactar con personas, instituciones o asociaciones que a lo largo  de la antigua línea ferroviaria Fuente del Arco-Peñarroya-Puertollano tuviesen algún tipo de iniciativa en su recuperación como Vía verde. Aquel ejercicio de búsqueda nos permitió constatar, por un lado, que no éramos los primeros pelear por esto y, por otro lado, que  tampoco estábamos solos. Así, por ejemplo,  en Puertollano existía una asociación de senderistas que promovía, aunque sin éxito, la construcción de la Vía Verde en  el Valle de Alcudia y un puñado de Ayuntamientos de la Campiña Sur de Badajoz llevaban una década intentando arreglar su tramo, con igual suerte. 

De todos aquellos  intentos de los que tuvimos noticia en nuestros comienzos, el de  Villanueva del Duque parecía ser  el que tenía  serias posibilidades  de hacerse realidad. Con una firme implicación del ente local,  gran parte de la plataforma ferroviaria comprada, habiendo logrado seducir a las grandes administraciones (Ministerio de Medio Ambiente) y con un fuerte apoyo popular a favor de su construcción, Marisa Medina, tal y como nos contaba en una entrevista que nos concedió en 2012, acariciaba  lo que para la minoría (no es una errata, es literal, Quienes luchamos por esto éramos una minoría) era un auténtico sueño.

Posteriormente, diversos avatares económicos  impidieron a este municipio de Los Pedroches  ser el primero en construir su Vía Verde, precisamente los que si permitieron a Belmez y Peñarroya-Pueblonuevo recuperar los 11,5 primeros kilómetros  en el Norte de Córdoba (Vía Verde de La Maquinilla y de Peñaroya-Pueblonuevo). A partir de entonces, como si de un contagioso virus se tratara, se multiplicaron por cuatro los kilómetros de corredores verdes sobre la plataforma del ferrocarril Fuente del Arco-Peñarroya-Puertollano: en 2014  nacía la  Vía Verde  del Carbón y de la Plata, de 14 km., entre Puertollano y Cabezarrubias  y en los próximos  meses finalizará la obra de la Vía Verde de La Jayona, de 25 km., entre Fuente del Arco y los aledaños de Azuaga. 
Ha sido en  esta última oleada constructiva, propia de otros tiempos, cuando Villanueva del Duque ha conseguido construir su Vía Verde, bautizada como Vía Verde de  la Minería. En la actualidad, es la tercera en  del Norte de Córdoba y la quinta de la provincia. Aunque  restan por colocar algunos elementos de señalización e  informativos, no hemos querido perder la oportunidad de visitarla y realizar un pequeño reportaje para mostrar a nuestros seguidores lo bueno y lo mejor de esta ruta.

Con una longitud de 14 kilómetros, esta impresionante infraestructura comienza en la antigua restaurada estación de Minas del Soldado y tiene destino en el término municipal de Belmez, cerca del paraje conocido como Cámaras Altas. A su paso, también  atraviesa un  kilómetro y medio del término municipal de Hinojosa del Duque. 

 No es la luna, son las Minas del Soldado

El trazado comienza  en las inmediaciones  de un paisaje típicamente minero. El tono grisáceo de estas ciclópeas escombreras nos hacen sentir astronautas del programa Apolo en su travesía por la luna. Tales moles alcanzan una altura de un piso de 4 plantas y tienen la extensión de varios campos de fútbol, lo que permite inferir que nos encontramos frente a una  explotación minera fuera de lo común. No en vano, desde su cierre, en 1934, aún no se ha descubierto en el país una veta de plomo  equivalente que se le asemeje en riqueza. Pegado a la mina y unos cuantos cientos de metros más adelante, la ruta se mezcla con la dehesa más profunda, símbolo de la pujanza económica de nuestra comarca vecina. El trazado, en sus  9 primeros  kilómetros es prácticamente recto. Largos y llanos pasillos ferroviarios de  encinas jóvenes se alternan con serpenteantes y divertidos caminos públicos que “puentean” aquellos tramos que no pudieron ser salvados de la rapiña del Estado, voraz hasta el extremo de aprovechar la falta de sentido histórico de los ciudadanos para  trocear  y vender por unos cuantos Euros unas   propiedades que antes y durante los orígenes de este ferrocarril fueron de todos. Tal dificultad no resta belleza al circuito, antes le  da más mérito  al trabajo realizado por la autoridades de Villanueva del Duque, que con  imaginación y maestría de cirujano ha conseguido coser un puzle de pespuntes ferroviarios deslavazados.  



 Minas, Sierra y dehesa, señas de identidad de la Vía Verde de La Minería

Entre caseta y caseta, entre vaguada y vaguada, un remiendo de tierra nos lleva,  finalmente a la estación de Peñas Blancas (1906), enclavada en un paisaje de singular belleza. Tanto su dimensión como los restos arqueológicos que rodean a la construcción ponen de manifiesto su relevancia como centro de transporte de animales vivos. La empresa constructora de este corredor ha dispuesto acertadamente un área de descanso en este lugar.


 Estación de Peñas Blancas,
excelente ubicación para un albergue


 

A partir de este punto, nos esperan 5 km. de deliciosa ruta a través de  una plataforma ferroviaria restaurada con pequeños cortes que se clava, literalmente, en la sierra. Trincheras pequeñas, medianas y grandes unidas por tupidas masas de jara, encinas, alcornoques,  quejigos y por supuesto, eucaliptos, crean en el visitante una sensación de intimidad que invitan a la reflexión y al recogimiento. Esta agradable monotonía de paredes rojas y verdes se ve interrumpida por la simpática y furtiva emboscada de las  casetas de los guardavías, antaño espacios para la vida y el trabajo en el que anidaban los trabajadores de la SMMP encargados del mantenimiento de los elementos ferroviarios,   hoy  refugio esporádico para petimetres con escopeta y  domingueros de mayor o menor porte, mal gusto y alcurnia. Eso, en el mejor de los casos, porque la mayoría de ellas son lugares para la arqueología romántica y la fotografía artística anticapitalista.

Otros de los elementos típicos de ésta y otras   líneas ferroviarias antiguas  son los pozos de agua, cuyo número es superior a la decena. La Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, en un intento de mejorar las espartanas condiciones de vida de los trabajadores de la líneaordenó anexar a las casetas  un corral  que pudiera servir como huerto o depósito de ganado, así como  un pozo de agua con el que poder abastecer necesidades higiénicas y alimentarias de las familia, regar, dar de beber a las bestias, etc. Hoy en día son objetos decorativos del camino que nos hablan de la soledad de este lugar y del mérito de los seres que lo habitaron, comparable a la de cualquier  aventura  de nuestros conquistadores.
 


 La cara...


 ... y la cruz de las Vías Verdes

A lo largo del trayecto encontramos bonitos ejemplos de convivencia entre ganaderos, agricultores, cazadores y cicloturistas, pero también indicios de falta de solidaridad y respeto hacia éstos  últimos. En nuestro trayecto contabilizamos, tristemente, el derribo de 5 pivotes que limitan la circulación de vehículos a motor, el arrancamiento de una señal de kilometraje y el robo de casi una decena de chapas identificativas de Vía Verde. Lamentamos profundamente haber constatado que en los Pedroches, al igual que en el Guadiato, también hay ladrones, estúpidos, intolerantes y sinvergüenzas.


Como Julio Verne, en ese viaje hacia el Centro de la Sierra  nos topamos, casi por sorpresa con lo que los villaduqueños llaman la “Trinchera bonita”, una impresionante dentellada que los ingenieros ferroviarios franceses dieron al escarpado paisaje en nombre del progreso. En esa bonita lucha entre lo plano y lo inclinado, lo recto y lo curvo, finalmente salió ganando el ojo humano. Las trincheras ferroviarias, al igual que los castillos y pequeñas construcciones  perdidas en territorios inhóspitos son uno de los pocos ejemplos de manipulación de la naturaleza  por parte de la mano del hombre en los que mejora el paisaje desde un punto de vista estético.  Muy recomendable el tránsito, y el selfie para los modernos, por  este tramo.

Trinchera bonita

La trinchera bonita, además de monumento es, una  puerta pétrea que comunica dos dimensiones diferentes. Si el tramo aferente estaba caracterizado por su, sombra y aislamiento,  el tramo eferente es luz y vertical amplitud. La plataforma ferroviaria se convierte en un improvisado mirador desde el que se puede contemplar un paisaje  domeñado por el hombre durante generaciones, repleto de bizarras y ordenadas plantaciones extensivas de olivo que se esfuerzan por no rodar por las pendientes.


Fin la Vía Verde de la Minería
En la trinchera tapada por la maleza empieza la Vía Verde del Guadiato
El viaje termina de manera abrupta, frente a una nueva trinchera, también bonita, aunque  colmatada de árboles. Aquí termina el reto conseguido de Villanueva del Duque y aquí también comienza el reto belmezano y el de nuestro colectivo: la Vía Verde del Guadiato. Esta es la pieza clave en la rentabilización de todas las Vías Verdes de la zona, el elemento que dará sentido de todo este abismo verde de incomparable belleza.  Nos damos la vuelta consternados por el hechizo roto, algo cansados (el perfil pica hacia arriba), pero satisfechos. Estamos seguros de que repetiremos pronto.


 Los pozos son, junto a las casetas, los símbolos arquitectónicos de la Vía Verde

Felicitamos al pueblo de Villanueva del Duque por la construcción de una infraestructura que en un futuro no muy lejano dará calidad de vida,  nombre y prestigio a esta población y, por supuesto a las autoridades locales de Villanueva del Duque, en especial, a su Alcaldesa, Marisa Medina por haber demostrado, tras 20 años de espera, que una Vía Verde en Los Pedroches era posible, en contra de todos los pronósticos, propios y ajenos. Ahora es tiempo de defender este camino y qué mejor manera de hacerlo que usándola. Y cuanto más, mejor.

También decirles que el esfuerzo de estas gentes no será en vano. Su ejemplo tiene eco en la comarca de al lado. Estamos trabajando duro para que 45 años después, a falta de trenes, volvamos a estar unidos por bicicleta a través de los restos de este histórico y querido ferrocarril.   

 Vía Verde del Guadiato, muy cerca de la Vía Verde de La Minería
En 2016, las bicicletas pasarán por este lugar

Información general para visitantes: aunque la Vía Verde de la Minería aún no figura Web nacional de Vías Verdes y no ha sido inaugura oficialmente,  ya puede ser recorrida a caballo, pie o en bicicleta por quienes los deseen con total seguridad.


2 comentarios:

  1. Deseando estamos ver unidas estas dos vías verdes.

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  2. Es una lástima pero esos energúmenos que van rompiendo lo que entre todos pagamos con nuestros impuestos han de ir con ánimos de romper simplemente por romper y por tocar aquello que no suena.
    De todas maneras si ellos lo rompen nosotros lo hemos de volver a poner.
    Ojalá la unión entre Villanueva y Belmez se pueda realizar durante el año próximo.
    Salud y trabajo,
    Albert

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