jueves, 2 de octubre de 2014

Un Panda y cuarenta garrafas



Como en todos los comienzos de  otoño desde que pusimos en marcha este movimiento ciudadano,  pasamos  a analizar el estado de salud de los árboles que desde hace 3 años venimos plantando en la Vía Verde de La Maquinilla. Septiembre es  un  momento ideal para extraer conclusiones, para poner nota a todo aquello que hemos hecho juntos durante el año desde el punto de vista medioambiental.  Ello incluye el trabajo de colocación de árboles efectuado en Invierno por los Ayuntamientos de  Belmez y Peñarroya-Pueblonuevo y los cuidados realizados en verano por éstas, además del comportamiento de los usuarios.

En general, podemos calificar como buena la temporada  para flora de la Vía Verde de La Maquinilla. De los 260 árboles cedidos en dos tandas  por Diputación de Córdoba (200 a principio de año y 60 a finales de Marzo) y que fueron  plantados en Enero pasado, han perecido 38, un  14% del total. Consideramos que es un dato magnífico, si tenemos en cuenta que de la remesa de ejemplares  cedidos por la Consejería de Medio Ambiente en 2013 murió más de la mitad (el 54%). En favor de éstos últimos comentar que poseían un tamaño en ocasiones hasta 10 veces inferior al de los primeros (20cm. frente a 2m.), lo cual ha sido un factor determinante para su supervivencia.

De los 38 árboles muertos, la mayoría corresponden al grupo de árboles recepcionados en Marzo (19) y plantados a principios de Abril de este año  por operarios del Ayuntamiento de Belmez, esto es, demasiado tarde desde el punto de visto climático.

Por especies, el árbol que peor se ha adaptado  al  estéril suelo  de la Vía Verde ha sido el sauce llorón. De los 20 ejemplares instalados, tan sólo han sobrevivido al verano  6. Tampoco se descarta que se produzcan más muertes  de esta especie tan delicada a lo largo de este otoño.

Por contra, la especie que  mejor se ha adaptado ha sido la casuarina. Nuestros antepasados franceses demostraron que no se equivocaban cuando los plantaron en las proximidades de los pozos mineros hace más de 100 años. De las 10 unidades instaladas han sobrevivido 9. La respuesta de este tipo de árbol ha sido tan satisfactoria que el colectivo de La Maquinilla quiere recuperar las zonas más rebeldes a las repoblación con plantones de esta especie.
 
En cuanto a la labor desempeñada por nuestros Ayuntamientos, comentar que su actuación  durante la época estival ha sido, a nuestro juicio, deficiente y desigual.  Deficiente porque los medios técnicos y humanos empleados han estado por debajo de años anteriores: el Ayuntamiento de Belmez ha regado la Vía Verde una vez a la semana desde finales de Mayo a finales de Julio, mientras ha dispuesto de medios técnicos. Una inoportuna avería del camión interrumpió los trabajos sine die. Desigual, porque en  3 años de programa de recuperación ambiental de la plataforma ferroviaria de La Maquinilla, hoy Vía Verde, el  Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo jamás ha participado en tales funciones,  dejando a su suerte al  primero.  La Concejalía de Medio Ambiente peñarriblense debería hacer un poco de autocrítica, encontrar las razones que han llevado al incumplimiento de los compromisos adquiridos con el Consistorio Belmezano y, lógicamente, solucionar el problema.

En un momento en que  la presencia de las  instituciones del Estado se difumina por efecto de la crisis económica o por la incapacidad de sus  líderes políticos, la calidad de una sociedad se mide entonces por el grado de respuesta  ciudadana,  por su nivel  de creatividad en situaciones de emergencia. Un grupo de vecinos de Peñarroya-Pueblonuevo y Belmez, lógicamente preocupados por la perentoriedad  de la situación, se ha movilizado durante  este verano para evitar la muerte por sed de los más de 400 árboles con que ya cuenta  la Vía Verde de La Maquinilla. Con un Seat Panda y con humildes garrafas de agua doméstica estos voluntarios han regado la incipiente flora de nuestra ruta y, de paso, han dado todo un ejemplo de civismo y sacrificio a una sociedad  tan necesitada de modelos positivos de ciudadanía.

No son unos héroes, ni pretenden serlo. Tampoco son estúpidos por haberlo hecho. Tan sólo son  ciudadanos que han preferido ponerse a trabajar en lugar de criticar y que han elegido buscar soluciones a quejarse en la intimidad de la cómoda tribu. 

Echar la culpa a nuestros gobernantes cuando no hacen algo bien puede que sea democrático, legítimo y oportuno. Incluso puede que se lo merezcan. Sin embargo,  no  es productivo, porque no resuelve el problema a corto plazo. Donde no llegan las instituciones o mejor dicho, mientras éstas llegan, las personas tienen el derecho  y el deber de actuar, además de protestar. 

Ahora bien, el hecho de que los ciudadanos coyunturalmente hayan asumido unas responsabilidades que corresponden a la municipalidad no debe inducir  a ésta última al abandono de tales. Esto es, no debe confundir competencia compartida con servicio adjudicado. La ciudadanía tiene que colaborar con las instituciones, pero no llevar el peso de una gestión municipal en un ámbito concreto, al menos no de esta manera, es decir, con un Panda y con 40 garrafas.  Nuestras autoridades tienen que reconocer que algo no han hecho bien cuando la gente anónima ha tenido que organizarse en unas condiciones precarias para salvar  lo que es un dinero de todos: el valor monetario de los árboles plantados en la Vía Verde de La Maquinilla asciende a los 8.000 Euros. En  gestión pública,  conseguir va unido a mantener. Tener una Vía Verde, conlleva mantenerla, al igual que una carretera, un parque o una calle. 
Ha pasado otro verano en la Vía Verde de La Maquinilla. Los jóvenes y tiernos árboles de la Vía Verde disfrutarán de un año más de vida gracias a Manuel Cañamaque,   Jesús Aranda,   Emiliano Mansilla, Paco Rodríguez, Julia López y Cipriano Márquez.  Nuestros representantes esta vez  no pueden sentirse satisfechos con el trabajo que han desempeñado en esta faceta durante este verano, tienen que revisar su plan de mantenimiento o crearlo, en el caso de que no exista. Desde luego, tienen todavía un margen de  confianza  en base a otros muchos aciertos que han cosechado en  materia de vías verdes en otras ocasiones.


No obstante, si el año que viene no cumplen con su cometido queremos que sepan que siempre nos quedará el Panda, 40 garrafas y un puñado de  ciudadanos de verdad. Podemos ser pobres, pero dignos.




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